domingo, 2 de marzo de 2008

2.- Historia de Karunya

En un lugar lejano vivía una vez un joven llamado Karunya, que después de estudiar seriamente las escrituras y descubrir su profundo y desconcertante significado, perdió todo interés por la vida. Al advertir aquella insólita apatía, su padre. Agniveshya, le preguntó por qué descuidaba tan lamentablemente sus de­beres cotidianos. El joven Karunya le respondió:

¿No declaran por un lado las escrituras que uno debe cumplir con sus obli­gaciones hasta el fin de su vida, y por otro, que la inmortalidad sólo puede con­seguirse por el abandono total de la acción y por tanto de todas nuestras obliga­ciones? ¿Qué debo hacer, padre, bloqueado y perplejo entre dos doctrinas tan contradictorias?

Sin más aclaraciones, el joven quedó en silencio. Su padre, preocupado por aquella sorprendente confusión, le dijo:

Escucha una antigua leyenda que voy a contarte, hijo mío. Reflexiona seria­mente sobre ella y después puedes hacer lo que te plazca:

1.- Conversación de Sutiksna y Agastya

En una época en la que los sabios solían hacer preguntas sin recelo alguno, el sabio Sutiksna consultó al no menos sabio Agastya: ¡Querido amigo, ten la bondad de aclararme el problema de la liberación! Aunque he leído muchos libros sobre este tema, no sé cuál es el camino más corto para llegar sin extravío a la emancipación: ¿la actividad, el conocimiento, o ambas cosas a la vez?

Con ademán comedido, Agastya contestó: Los pájaros necesitan dos alas para volar; tanto la actividad como el conocimiento conducen a la meta suprema que conocemos como moksha o liberación . Ni la acción a secas, ni el conocimiento por sí solo, conducen fácilmente a la liberación; entre ambos te conducen a la meta con toda seguridad. Si tienes tiempo para escucharme, quiero contarte una leyenda que responde cabalmente a tu pregunta:

Introducción

¿Qué es el Yoga Vasishta?


La obra titulada Yoga-Vasishtha, conocida también como Maharamayana, comprende treinta y dos mil versos atribuidos al sabio Valmiki, el primer poeta que se expresó en la lengua sánscrita tal como aún hoy la conocemos. En verdad, Valmiki podrá siempre reclamar para sí el hecho de ser el más grande de los poetas sánscritos, considerando que el Yoga-Vasishtha está penetrado de una poesía de la más alta inspiración. Swami Vidyaranya, ilustre estrella en el firmamento de la filosofía oriental, cita más de un centenar de versos del Yoga-Vasishtha en su célebre obra Jivan-Mukti-Viveka, redactada mucho antes de que naciera Shakespeare.

El Yoga-Vasishtha ha sido el libro preferido de yoguis y ermitaños en sus retiros del Himalaya, así como el de reyes y hombres de estado de la India. Comparten la opinión de que quien lo estudia con atención y vive sus enseñanzas se alza por encima de las limitaciones de la materia y, experimentando una inmutable beatitud en su propio ser, hace partícipe a su prójimo de su propia exaltación espiritual por medio de la bondad y de la verdadera filantropía.

Su relevancia es tal, que el mismo Avatar Sri Ram alcanzo la iluminación escuchando las enseñanzas de Vasishtha, mismas que en esta obra se exponen.

Esta obra ha inspirado a Yoguis, Sanyasis, Paramhamsas, Gurús, Filósofos, Teólogos, Científicos, Artistas y a buscadores de toda índole.

Las enseñanzas yóguicas tradicionales, tal como son entendidas y practicadas por las más altas autoridades de la ciencia espiritual de Oriente, se encuentran resumidas en este legado ancestral para toda la humanidad.